Se avecinan malos tiempos, estamos en crisis pero esto no ha hecho más que empezar. La Guardia Civil ha ordenado la compra de 100.000 pelotas de caucho “para disolver masas agresivas”. Y no creo yo que se hayan quedado sin ninguna para hacer tal pedido.
Los responsables de la calle -ahora que no es de Fraga- saben que en el actual estado de la situación del país, se van a multiplicar los conflictos sociales y laborales. Porque la cosa está mal; ya lo sabemos. Pero es que mucho empresario listillo (en España abundan como los conejos en tiempo de los cartagineses), aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, usará como coartada la famosa crisis para hacer algún que otro reajuste con sus trabajadores: ampliar -más aún- la jornada, más carga de trabajo, etc., etc., o incluso reajuste de plantilla. De esto último tenemos ejemplos recientes.
Por tanto, lo normal será que el personal se eche a la calle, que es el único sitio decente que le queda. Viendo muchas actuaciones (o escasez de ellas) de las Inspecciones y Delegaciones de Trabajo; muchas de las sentencias de los Juzgados de lo Social y de la actitud entreguista de CC.OO. y U.G.T., a la gente no le queda más que la catarsis de gritar su descontento en la calle. Y ahí es donde se va a encontrar con otra cruda realidad: Las “pelotitas” de la Policía y de la Guardia Civil no serán utilizadas contra empresarios delincuentes y demás estafadores, sino contra quienes pagamos la crisis.
Por cierto, esas pelotitas de goma que usan las Fuerzas de Seguridad del Estado contra estudiantes y trabajadores (sí, esas Fuerzas que se suponen están para defender a los ciudadanos); esas pelotitas, también las pagamos nosotros.
Los responsables de la calle -ahora que no es de Fraga- saben que en el actual estado de la situación del país, se van a multiplicar los conflictos sociales y laborales. Porque la cosa está mal; ya lo sabemos. Pero es que mucho empresario listillo (en España abundan como los conejos en tiempo de los cartagineses), aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, usará como coartada la famosa crisis para hacer algún que otro reajuste con sus trabajadores: ampliar -más aún- la jornada, más carga de trabajo, etc., etc., o incluso reajuste de plantilla. De esto último tenemos ejemplos recientes.
Por tanto, lo normal será que el personal se eche a la calle, que es el único sitio decente que le queda. Viendo muchas actuaciones (o escasez de ellas) de las Inspecciones y Delegaciones de Trabajo; muchas de las sentencias de los Juzgados de lo Social y de la actitud entreguista de CC.OO. y U.G.T., a la gente no le queda más que la catarsis de gritar su descontento en la calle. Y ahí es donde se va a encontrar con otra cruda realidad: Las “pelotitas” de la Policía y de la Guardia Civil no serán utilizadas contra empresarios delincuentes y demás estafadores, sino contra quienes pagamos la crisis.
Por cierto, esas pelotitas de goma que usan las Fuerzas de Seguridad del Estado contra estudiantes y trabajadores (sí, esas Fuerzas que se suponen están para defender a los ciudadanos); esas pelotitas, también las pagamos nosotros.
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