viernes, 19 de diciembre de 2008

LOS BELENES

Por estas fechas navideñas se acostumbran a ver los belenes en los más distintos lugares: casas, empresas, iglesias, etc. La otra noche, paseando por el centro, ví uno montado en la bandeja trasera de un coche aparcado . Su propietario mantenía levantada la puerta del maletero levantada para que los transeúntes pudieran observar su pequeña ciudad iluminada.

Podría decirse que la tradición en los hogares influye para que se mantenga ésta arraigada entre nosotros. Cuando yo era pequeño, en mi casa jamás se montó un belén, salvo en un par de ocasiones que llevé cinco ·cates”; y además fue en junio, a final de curso. Sin embargo, mi madre siempre (aún hoy lo hace) montaba “el misterio”, que solía colocar encima del televisor.

Cuando tuvimos hijos, mi mujer y yo nos limitamos a repetir esta reducida representación del belén: el misterio. Nosotros lo llamábamos el puticlub, pues el portal estaba iluminado por una tenue luz roja propia de ese tipo de establecimientos.

Supongo que mis hijos han heredado ese escaso interés por los belenes, ya que nosotros, de forma inconsciente, no se lo hemos transmitido. Ahora que han superado ampliamente la mayoría de edad, siguen sin atraerles mucho el asunto. Al menos que yo sepa.

No sé, pero a mí, la gente que monta los belenes, me da la impresión que vuelve a jugar a las casitas o a los “comboys”(como decimos por aquí) como cuando eran pequeños. Tengo amigos que disfrutan como niños -más que sus hijos, diría yo- montando el belén cada navidad. Y el caso es que, tanto mis hijos como yo, hemos jugado de niños hasta caer agotados; a todo tipo de juegos y hasta altas horas de la noche; solos o con nuestros amigotes. Sin embargo, a mi familia y a mí, semejante “montaje” nunca nos ha llenado.

Está claro que, del entorno que nos modela y nos forma como personas, el aspecto del hogar influye notablemente. En mi caso, doy gracias a mis padres, pues fué entrañable y feliz.

1 comentario:

Nesta dijo...

Yo la verdad es que sigo sin montar el belén, soy más de arbol de navidad.