sábado, 27 de diciembre de 2008

HUMANOS Y ROBOTS


Casi todos los meses los medios informativos nos traen alguna noticia sobre las últimas novedades en materias de robots humanoides.

Lo más reciente que nos comentan es la fabricación de unidades confeccionados exteriormente con material de textura epidérmica y capaces de reproducir las expresiones faciales. Algunos de ellos incluso son capaces de expresar estados de ánimo mediante un lenguaje no verbal extraído de los humanos.

Como esto siga así, la cosa va a dar la vuelta y vamos a acabar corriendo nosotros detrás del fantasma. Lo digo porque cada vez veo más gente que se comporta como verdaderos robots perfectamente programados. Son gente que responde automáticamente a un complejo y sibilino sistema de órdenes emanadas de múltiples y variados amos o dueños.

Incapaces de pensar por sí mismos o de elaborar un criterio propio, condicionan su comportamiento a la información que les es proporcionada por diversos sistemas externos (escuela, políticos, televisión, religión, etc.), los cuales introducen subliminalmente en sus mentes las ordenes a ejecutar.
O sea, que lo de los robots, ahora que me paro a pensarlo, no es tan moderno. No me voy a remontar a la Edad Media, pero yo desde pequeño he estado rodeado de robots en el colegio, en la mili, en el trabajo en la calle…Además, hay un elemento común entre ellos a lo largo de la Historia: su facilidad para programarlos. Y es que lo difícil es lograr la desprogramación. Aunque para quien le interese, se pueden aportar algunos elementos capaces de alterar su condición y convertirlos en personas: escuchar a los demás, la lectura variada, la autocrítica, el escepticismo, la duda, el razonamiento…Lo siento, no me sale aquí lo del amor como herramienta para la transformación de este tipo de androides. He conocido a gente que ama a todo tipo de prójimo o a su pareja como un idiota y sigue conduciéndose en la vida como un robot.

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