A raíz del asesinato de Marta del Castillo, se ha evidenciado en Sevilla un fenómeno social muy arraigado entre sus gentes aunque no sea de su exclusividad.
El morbo por todo lo que rodea el reciente crimen ha explotado en la demostración de las más diversas demostraciones populares que, a mí, me dan vergüenza ajena.
Aunque generalizar no es del todo objetivo, me atrevo a afirmar sin reparos que en nuestra tierra la gente es muy “novelera” o “teatrera”, y esto lo hemos podido comprobar a través de las imágenes que nos han ido ofreciendo las distintas cadenas televisivas cuando nos han mostrado las calle donde viven los padres de Marta, o bien los alrededores del domicilio de Miguel, su presunto asesino. Pintadas en las paredes; papeles con mensajes póstumos, velas encendidas en las aceras; incluso poesías recitas en directo ante reporteros de televisión. No pongo en duda los sentimientos de nadie en particular, pero esto para mí es puro exhibicionismo y novelería, tal como lo demuestran las imágenes de manifestaciones de apoyo en la que se ve a gente riéndose y saludando a la cámara.
Hoy, en el autobús de la línea 2, coincidí con un grupo de 8 niñas que, desde su instituto en el barrio de la Macarena, como quien va de excursión, (con sus chistes y sus risas) se dirigían a la calle del domicilio de Marta para empaparse del ambiente.
Asqueroso.
El morbo por todo lo que rodea el reciente crimen ha explotado en la demostración de las más diversas demostraciones populares que, a mí, me dan vergüenza ajena.
Aunque generalizar no es del todo objetivo, me atrevo a afirmar sin reparos que en nuestra tierra la gente es muy “novelera” o “teatrera”, y esto lo hemos podido comprobar a través de las imágenes que nos han ido ofreciendo las distintas cadenas televisivas cuando nos han mostrado las calle donde viven los padres de Marta, o bien los alrededores del domicilio de Miguel, su presunto asesino. Pintadas en las paredes; papeles con mensajes póstumos, velas encendidas en las aceras; incluso poesías recitas en directo ante reporteros de televisión. No pongo en duda los sentimientos de nadie en particular, pero esto para mí es puro exhibicionismo y novelería, tal como lo demuestran las imágenes de manifestaciones de apoyo en la que se ve a gente riéndose y saludando a la cámara.
Hoy, en el autobús de la línea 2, coincidí con un grupo de 8 niñas que, desde su instituto en el barrio de la Macarena, como quien va de excursión, (con sus chistes y sus risas) se dirigían a la calle del domicilio de Marta para empaparse del ambiente.
Asqueroso.
3 comentarios:
Pero cuidado con decirle esto a alguien, te tacharán de mil cosas, que la gente es muy hipócrita.
La gente es muy hipócrita, pero ya es hora que los que pensamos diferentes no nos ¿"avergoncemos"?, de nuestras ideas, yo pienso lo mismo en este caso que es una verguenza, y que me da asco ese tipo de gente, novelera y melodramtica´. Yo he sentido una profunda tristeza, por Marta y sobre todo por sus padres, que son los que se quedan aquí a sufrir su pérdida. No me he manifestado en público, creo que no hace falta. Un beso
haber si me entero como es esto
joer
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