martes, 17 de marzo de 2009

Música para todos


Hay gente que no concibe escuhar música sin darle el coñazo al prójimo. Este tipo de"pinchadiscos" (chúpate ahí el término correcto) ambulante, tiene varias modalidades: El playero, que con su radio-cd no te deja oir el sonido de las olas del mar; el buga-tunning, que más que un coche con música parece que se desplaza por el asfalto una tómbola de la calle del Infierno, etc.

Últimamente me estoy encontrando muchos de la variedad del movil-bus; es decir, chavales (99% varones) que mientras van a su destino en el autobús activan la opción del móvil que les permite escuchar música sin los auriculares. De esta manera, todos los pasajeros compartimos la inmensa suerte de conocer qué tipo de música le gusta al menda de turno y nos deleitamos gratuítamente con su música (¿?) favorita.

Yo, que me pasa como a mi padre, que escucho una corneta y un tambor y empiezan a dolerme los pies, tuve que soportar ayer a un ejemplar de estos últimos mencionados que, "repantingao" en el asiento del bus, nos ofrecía al resto de pasajeros una sublime selección de temas de Semana Santa; concretamente de cornetas y tambores. Para mí una tortura.

En la foto de arriba se puede ver al torturador.

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