martes, 7 de abril de 2009

Células madre

La Iglesia católica continúa su cruzada contra la ciencia, la razón y el progreso. Pretende imponer a todo el mundo su fe y sus criterios oscurantistas. Sus argumentos (por llamarlos de alguna manera) contra el empleo de las células-madre para curar enfermedades y salvar vidas, son demagógicos y no se sostienen. No soportan que los seres humanos
adquieran cocnocimientos y evolucionen, pues cuanto más autosuficientes e independientes seamos, menos y manipulables.

Uno de sus propósitos es imbuir en nuestras mentes que cualquier aspecto de nuestras vidas, incluída nuestra salud, no está en nuestras manos sino en las de su dios. Y es tal el lastre que han
dejado sus ideas al respecto a lo largo de los siglos, que no es extraño encontrar en los medios de comunicación noticias sobre complejas intervenciones quirúrgicas con saldo exitoso que, para los
periodistas, merecen el calificativo de "milagroso".

Yo a esta gentuza de las sotanas les recetaba su propia filosofía, pero sin matices. De esta manera, cuando padecieran una neumonía, un infarto o cualquier otra enfermedad grave, les recomendaría que,
en vez de poner sus vidas en manos de esos científicos a los que tanto persiguen y denigran, pongan sus cuerpos en manos de ese dios suyo que permite que mueran tantos niños por el hambre y las guerras.

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