
No comprendo determinadas actitudes y reacciones de la gente.
Ayer entré en una farmacia de mi barrio y fui testigo de una conversación en la que uno de los empleados, no sé si el dueño, le estaba dando detalles a una persona sobre el robo que sufrieron la noche anterior, cuando el comercio ya estaba cerrado.
El boticario en cuestión relataba cómo las cámaras de seguridad en el interior, habían captado a los cuatro individuos que, forzando las cerraduras, entraron en el local y robaban diferentes objetos. Al parecer, a los pocos segundos se disparó la alarma y los ladrones salieron huyendo.
Pero el individuo no pudo terminar la historia ahí, sino que dijo que menos mal que ya se había ido él cuando cometieron el atraco, porque seguramente se hubiera tenido que enfrentar a los cuatro ladrones. Quiero pensar que fué una fantasmada. Es más, estoy seguro; al menos en este caso.
Sin embargo he presenciado casos en los que simples emplados de una gran empresa se enfrentaban a ladrones o atracadores para recuperar el botín; algunas veces, incluso, lo robado era una miseria. Estos trabajadores corrían un riesgo inútil en favor de una empresa que tenía cubierto lo robado mediante un seguro. ¿Qué estúpido impulso anima a estos inconscientes a jugarse la vida por nada?
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